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Mostrando entradas de febrero, 2018

Me canso de los sueños

Me canso  de los sueños que ilusionan  mis días y oficios, que todavía te buscan. Ahora  que solo existo  para dejar que la vida llueva sobre mí, los sueños deciden volar a ti, te pueblan. Te juro que no soy yo, que son los sueños que no se acostumbran a dormir sin ti. Te buscan  para que sueñes conmigo. Pero hay solo tristeza en los sueños que creen, como yo, que un día has de volver a soñarnos. 

Bello país de lluvia

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Para Alemania Bello país de lluvia, de oto ños  que se deshojan  dorados sobre el poeta, de aguaceros de alegría que se posan tiritando en el suelo; donde viven mis sueños y mis poemas se quedan escritos en calles y rostros. País donde la vida transcurre como un río de esperanzas y amores que vienen navegando del ayer; país de cielos grises, donde el melancólico rostro de un extranjero, cuya alma se siente en casa, se dibuja en una ventana húmeda. Bello país donde al fin mi soledad se siente a gusto, donde la vida  llueve eterna  sobre mí; tierra empapada  de poesía  y de palabras de amor, donde mi tristeza  sigue pensando en ella. 

Me duele

Me duele lo que ya no soy, lo que no seré; me duelen los veranos que no volverán, los besos, los amores, ese estar entre el cielo y el infierno, esa dicha de no ser dueño de nada y que no importe, que no sentiré de nuevo. Me duele el cuerpo y el alma o lo que queda de ella. Respirar la primavera y recordar, duelen. La risa que no es para mí, la caricia que no me roza, las palabras que me han olvidado también duelen. Me duele la vejez que me aleja del amor, que me vuelve solitario, triste de haber sido feliz y ya no serlo. Me duelen los años que he pasado sin amor y ese lento desgranarse de los días que caen sobre mí y luego se alejan. Me duele no ser amado, después de tantas vidas y amores, todavía me duele. Pero de tarde en tarde alguien me escribe un poema y el universo por un instante sonríe.

Muchacha de la larga cabellera

Contigo,  muchacha de la larga cabellera y los ojos llenos de estrellas, cualquier razón es buena para quererte,  para causarme este caos de emociones y sensaciones, este temblar de dicha que tantos llaman amor. Contigo, dulce muchacha de las horas eternas, cualquier momento es una buena razón para  amarte. Cada vez que me besas le devuelves a mis sue ños  la vida. Y ese día  en que habré de  irme para siempre, dulce muchacha de mi vida, sé que en esa interminable hora de mi ausencia no te olvidaré.

Aún hoy

Aún hoy quiero creer  que lo que haces o no haces, lo que dices o callas, los secretos que a nadie cuentas, si caminas cuando llueve o nadas cuando hace sol, si ríes, si hablas o guardas silencio, si la vida me sonríe o descubro  en un viejo libro un poema maravilloso, es porque estás pensando en mí.