Un golpe de tristeza
Nada tan inesperado
como un golpe de tristeza
en pleno verano.
Surge de la nada,
devasta mi vida
y me convierte en ese otro
del que no hablo,
del que no quiero tener memoria,
ese otro
que sabe que la vida
nunca será lo que soñó,
que quiso.
Un golpe de tristeza
que hace que se caiga
el castillo de naipes de mi ilusión,
que borra la dicha del sol,
y de las largas tardes
de charlas y caminadas,
de la bicicleta del verano,
y de los días de nadar,
nadar para sentir que estoy vivo.
Pero ahí está
la tristeza y me sonríe,
pues también me ama.
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