A última hora de la tarde
A
última hora de la tarde
cuando
el sol
se
deshace en el horizonte
de
pálidos azules,
una
nube gris cruza
mi silencio.
El
aire fresco de junio
me
acaricia el rostro,
mis sueños despiertan
y
caen sobre mí.
Se
oye el sonido
de
un carro en la lejanía,
el
murmullo de conversaciones
que
se pierden por las calles
y
el olor a pastel de manzana
que
preparan no sé dónde
se
esparce por el aire.
Son las últimas tardes de mi vida
y
aún hay en mí
un
vacío que espera
a ese amor que nunca fue.
a ese amor que nunca fue.
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